La Navidad de hoy en día podría resumirse en las dos erres: Recuerdos y Regalos. Ambos son también los dos pilares básicos que sustentan Memoralia, por lo que no es extraño que comencemos ya en esta primera semana de diciembre revisando obras literarias de tema navideño, en su abrumadora mayoría narraciones que derrochan milagros conmovedores, bellos sentimientos y generosas dádivas. Pero si el exceso de azúcar ya sabemos que perjudica la salud -también a la mental- nos parece sensato contrarrestarlo hoy comenzando con un homenaje menos edulcorado a los malos de la película, a los villanos navideños, amenaza permanente contra la alegría empalagosa de estas fiestas tradicionales y único consuelo espiritual de tantos damnificados por ellas.
Herodes el Grande
El villano por excelencia de la tradición cristiana ya que, según San Mateo, ordenó la matanza de todos los niños menores de dos años al enterarse del nacimiento del Mesías. En realidad fue un rey inusualmente cultivado –educado a la griega-, aunque escaso de apoyos, por lo que se aficionó a liquidar sin contemplaciones a cuantos le inquietaban como posibles conspiradores. Pero se le escapó el bebé que realmente estaba buscando, por lo que la frase de “Te jodes como Herodes” tiene su significado histórico. ¿Qué sufrido padre o madre no le ha invocado durante las interminables vacaciones escolares?
Mr. Scrooge
La misantropía y la avaricia son actitudes palpables en nuestras sociedades, pero se convierten en pecados imperdonables en Navidad. El Cuento de Navidad de Dickens cuenta la historia de un hombre avaro y egoísta llamado Ebenezer Scrooge que experimenta una transformación tras ser visitado por una serie de fantasmas en Nochebuena. La novela consiguió un inmediato éxito y el aplauso de la crítica, pero Mr. Scrooge merece elogios por su falta de hipocresía hasta que consiguen inculcarle ese «espíritu navideño» que tanto defiende El Corte Inglés («Nos gusta la Navidad» es el original claim escogido para su campaña de este año).
El Rey de los Ratones
Mucho más aterrador es el villano del cuento El Cascanueces de Hoffmann, líder de un ejército de ratas que nadie quisiera ver desfilando junto al árbol o la cena de Navidad. La historia trata sobre el nuevo juguete de la joven Marie Stahlbaum, el Cascanueces, recibido la noche de Navidad , que cobra vida y, después de derrotar al Rey Ratón tras una dura batalla, la traslada a un reino mágico poblado por muñecos.
Hans Christian Andersen
Este escritor danés es el más malvado de los villanos navideños, culpable de haber hecho llorar a millones de pequeñas y adorables criaturas con sus relatos de espeluznantes finales, como La Cerillera (que muere de hambre y frío bajo la nieve en Nochebuena), El soldadito de plomo (que acaba derretido en la chimenea) o El Abeto, (cortado para ser árbol de Navidad y del que al final solo queda un montón de leña seca). ¡Ecologistas! ¿Dónde estáis?
Todos estos ejemplos representan también el espíritu navideño, porque, siendo sinceros, ¿quién en estas fechas no ha experimentado alguna vez sentimientos encontrados ante tanta celebración, neones parpadeantes y furor consumista?